Esta configuración tiene un carácter centralizado. En ella todos los ordenadores actuarán como terminales conectados a un ordenador central, denominado servidor. Cualquier transmisión entre diferentes puntos de la red pasará por el servidor, de forma que este controlará la difusión de la información. Una ventaja de esta configuración es la flexibilidad para modificar el número de ordenadores de la red.
Pero tiene una gran dependencia del servidor, no pudiéndose utilizar la red si este llegara a fallar. La comunicación entre el servidor y una PC (host) es bastante rápida, aunque su utilización se destina a pequeñas redes, dado que el hecho que toda la información pase por el servidor hace que el flujo de información sea más lento cuanto mayor número de ordenadores estén funcionando en red.
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